¿Cómo cambió mi relación con la comida?
Durante el proceso de pérdida de peso para someterse a una cirugía bariátrica, los profesionales nos ayudan a mantenernos enfocados y mejorar nuestros hábitos alimentarios. Pero antes de iniciarlo, nuestras costumbres y experiencias en torno a la comida y todas las dietas a las que estamos sometidos, complican las cosas.
Las experiencias de otras personas que han pasado por estaa fasea, pueden ayudarnos a conocer mejor los cambios que se producen alrededor de la comida y nuestra relación con ella.
Para eso, Paula nos ha contado más sobre su experiencia en este texto que comparte con nosotros. Esperamos que os sea de utilidad.
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Casi todas las personas que decidimos tomar la decisión de someternos a una cirugía bariátrica hemos tenido cuanto menos una relación un poco difícil con la comida. Hemos visto como nuestro cuerpo iba cambiando de forma poco a poco engordando cada vez más, hemos hecho miles de dietas sin resultado, nos hemos culpabilizado por no ser lo suficientemente constantes para conseguir perder peso, hemos sentido frustración, impotencia, ira…
Desde que era muy pequeña el peso siempre fue un problema para mí, con 7 años fui por primera vez a un endocrino para intentar ponerle solución a mi peso y me introduje de lleno en el mundo de las dietas. Creo sinceramente que una vez que entras en esa dinámica es muy difícil salir de ella y poco a poco a medida que más dietas hacía más difícil era mi relación con la comida.
Siempre controlando las calorías, las cantidades, los diferentes tipos de alimentos…sintiéndome aliviada cuando comía algunos y muy muy culpable cua
ndo comía otros. Pasando ciclos de incluso años en los que me sometía a dietas muy restrictivas y acumulaba tal nivel de ansiedad que cuando lograba perder 30 kilos en un año, en cuanto llegaba a mi peso, no podía evitar ponerme a comer descontroladamente hasta que los recuperaba todos (y algunos más de regalo). En varias ocasiones algunas de esas dietas llegaron a fu
ncionar, pero cuando las dejaba yo siempre terminaba recuperando todo el peso que había perdido y siempre sentía una sensación enorme de culpa y de vacío que sólo podía llenar comiendo. Ningún nutricionista ni médico se paró a pensar en por qué sucedía eso, ni se plantearon que quizás mi problema no eran los kilos de más, sino mi relación con la com
ida y toda la parte psicológica que esto conlleva.
Llegó un momento que sentía tal desesperanza que dejé de intentar hacer dietas porque no me sentía capaz ni motivada para perder peso, así que empecé a hac
er dieta al menos para no seguir aumentando, aunque tampoco funcionó. Mi relación con la comida cada vez era mayor, cada vez tenía más ansiedad, cada vez comía más, cada vez comía más compulsivamente… pero en ese tiempo ni yo misma fui capaz de ver dónde estaba el problema (mucho menos mis médicos).
Realmente empecé a ser consciente de estos problemas cuando me operé y me dijeron que la idea era que adquiriese unos hábitos de alimentación saludables. Lo que me transmitieron es que nunca más iba a tener que volver a hacer dieta, sino que me iban a dar unas pautas de alimentación y que si las seguía para siempre y logra
ba adherirme a ellas no iba a tener más problemas con el peso. Las pautas eran simplemente comer sano y equilibrado, comer de todos los tipos de alimentos y no restringir ninguno de ellos entendiendo que cada uno tiene su lugar y su frecuencia, pero que todos cumplían su función.
En el momento me pareció súper fácil y genial pero no fue hasta que me vi sin seguir ninguna dieta cuando me di cuenta de la magnitud de mi problema. Me di cuenta de que no sabía comer sin un papel que me dijese qué tenía que comer, que había desarrollado miedo a los alimentos que yo consideraba prohibidos (grasas, hidratos…) hasta el punto que los evitaba terminantemente y que en caso de comerlo me sentía extremadamente culpable. Me di cuenta de que no sabía realmente comer saludable sin restringir estos alimentos o sin sentir culpabilidad y en este ejercicio de autoconciencia fue cuando me di cuenta de que tenía que empezar de 0 mi relación con la comida.
Para mi este cambio fue muy difícil pero puedo decir que este compromiso conmigo misma y con derribar todo lo que pensaba que sabía sobre alimentación y empezar a reconstruir mi relación con la comida ha sido la mejor decisión que he tomado nunca. Desde que he aprendido a tomar buenas decisiones respecto a mi alimentación, a no restringir alimentos y a alimentarme para estar saludable y no para adelgazar mi vida ha cambiado completamente y me siento mucho más feliz, más sana y sobre todo más libre.
Paula
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